Son ya las 10 de la noche y estoy a buen recaudo aquí en mi casa, cansado de una larga caminata desde Ciudad Nueva hasta el otro extremo de la ciudad (Para chico), he demorado como una hora y media en regresar a mi casa pues no ha existe movilidad, pero remece mi corazón innegables recuerdos de experiencias vividas allá por julio del año 2000, cuando fui parte de una masacre por parte de la Policía quienes nos reprimieron durante la Marcha de los 4 Suyos.
Aun agitado, con los ojos llorosos y la respiración entrecortada por el efecto de los gases lacrimógenos debo sustraerme a los artículos de contenido académico y no puedo soslayar la situación extrema que hoy vivimos aquí en Tacna – Perú, para ello quiero hacer presente a todos ustedes, queridos lectores de todo el mundo, lo que hoy sucede en mi querida ciudad.
Son las seis de la tarde del 04 de noviembre del 2008, todo el día he estado escuchando por la radio diversas noticias que relataban los enfrentamientos acaecidos entre centenares de manifestantes y la policía nacional quienes en infructuosos esfuerzos trataban de "resguardecer" inmuebles públicos tales como Municipalidades o sedes del Poder Judicial. Por mi casa sobrevuelan raudamente helicópteros de la Policía rumbo a Ciudad Nueva donde arde una masacre sangrienta de la policía hacia jóvenes, quienes exaltados y provocados por la brutalidad de la represión hoy lucen enfurecidos e irracionales.
Todo esto es fruto de la pobreza mental de un Jorge del Castillo quien, gracias a Dios ya no es Primer Ministro del Perú, pues fue en su gestión donde se originó todo el problema, es necesario iniciar este pequeño apunte recordando el secuestro de Tacna por parte de Moquegua cuando dicha ciudad tuvo bloqueado el puente de Montalvo, aquel que permite ingresar no sólo al a ciudad de Moquegua, sino a Tacna.
Aquella vez, tal como lo dijo Carlos Raffo – congresista fujimorista – llegó a apagar el incendio que se sucedía en Moquegua un singular Bombero, espero me perdonen aquellos sacrificados hombres a los cuales los llamamos así por la oprobiosa situación en la cual hoy los ubico al escribir mi pequeño artículo, si aquel "Bombero" entonces premier del Perú, llamado Jorge del Castillo, llegó a firmar un acta a favor de Moquegua comprometiéndose a gestionar en el ejecutivo la modificación de los criterios de distribución del Canon Minero, sin considerar este apócrifo bombero que tal acta desencadenaría la furia tacneña, pues era evidente que ésta sentiría golpeado sus intereses.
En aquella protesta de Moquegua se bloqueó el puente de Montalvo, se apresó policías, se los humilló y las autoridades no hicieron nada, sólo accedieron a otorgarles todo lo que ellos pedían, sentando un terrible precedente para todas las otras regiones del Perú, pues claro ahora se tenía entendido que si uno quería ser atendido por el Gobierno, debía de bloquear puentes, atentar contra la propiedad y pública y privada y claro secuestrar a policías, esto último lo pude comprobar cuando fui a Moquegua y compré un DVD donde se había recopilado todos los incidentes de las protestas moqueguanas. Al margen de encausar este artículo en una discusión técnica o justiciera sobre cómo debe distribuirse el Canon, mi sopor era terrible, ¿Cómo puede ser posible que el Gobierno ceda ante actos vandálicos y violadores del Estado de Derecho y fruto de ello firme un acta sobre una situación que implica a 2 regiones pero sólo consultando y beneficiando a una de ellas?
Luego de estos incidentes, el ejecutivo, oh sorpresa, cumplió con lo ofrecido a Moquegua y como tal lanzó la pelota a la cancha del legislativo, enviando un proyecto de ley al Congreso para que éste lo discutiera y aprobara, días antes y en plena votación de la Ley, Moquegua nuevamente bloquea el Puente de Montalvo, ¿y donde estaban nuestras dilectas autoridades? Pues suplicando, perdón, pidiendo a Moquegua que suspenda el bloqueo del puente porque la ley se iba a aprobar ya en el Congreso, bueno no entiendo entonces para que se votó en el Congreso una Ley que el Ejecutivo daba ya aprobada y menos entiendo donde quedó la autoridad estatal, totalmente humillada cuando se secuestró a la Policía.
Con extraña celeridad se aprobó la Ley que daba la razón a Moquegua y sucedió lo que ya se tenía previsto: explotó Tacna, se decretó un paro indefinido y éste desbordó, se incendió la gobernación y se bloqueó el puente de Locumba, que a diferencia del puente de Montalvo, éste sólo bloquea el ingreso a Tacna sin afectar a Moquegua, pero oh sorpresa en actitud "reivindicadora" el Gobierno reprime con una fuerza brutal a la población enfureciéndola y desencadenando una masacre infernal, lo que más enciende a la población tacneña es el trato criminal que reciben por parte del Gobierno que se contrapone con la poca fuerza que se aplicó en Moquegua.
Hoy 4 de noviembre me levanto por el ruido ensordecedor de los helicópteros de la policía, en la radio anuncian épicos enfrentamientos entre la población, desarmada, y los policías, la represión es brutal y la única defensa de una población desbordada por la furia son las piedras que se encuentran, sospechosamente a montón por el lugar.
Son casi ya las 7 de la noche y estoy en Ciudad Nueva, bajando por la plaza central, lugar de los enfrentamientos en el día, la policía se mantiene en todas las vías de acceso a dicha plaza y la población está en los alrededores planeando como recuperar aquella plaza que antes pertenecía al pueblo y que hoy le ha sido arrebatado.
Voy bajando por una avenida contigua a la plaza y para mi irónica buena suerte me encuentro con unos manifestantes que a la carrera vienen en sentido contrario al mío, de repente un viento trae consigo el aroma fatal de los gases lacrimógenos, mi mente reacciona y recuerda mis peripecias en Lima en la Marcha de los 4 suyos, por inercia retrocedo con la mirada en el cielo pues es allí por donde suelen atacar los Policías quienes cobardemente empezaron una represión sin precedentes a la población que al verse masacrada desbordó en furia y transformó una reunión pacífica en un enfrentamiento total, ahora apoyados por elementos de mal vivir quienes aprovechan el pánico e inician saqueos y atentados contra la propiedad pública y privada infiltrándose y degenerando lo que debería ser una protesta social.
De repente me veo rodeado de jóvenes menores que yo, de 15 a 18 años, inexpertos recurren al agua como calmante pero sólo consiguen empeorar los efectos de los gases lacrimógenos, alcanzo a reclamar a un poblador en su casa para que saque vinagre y algodón para poder ayudar a los jóvenes que ahora huyen atemorizadamente, reprimidos por una barbarie policial que no tiene precedentes.
Se reagrupa la población, ésta vez en mayoría de jóvenes, quienes a fuerza de piedras y aprovechando lo angosto de las calles logramos hacer retroceder a la policía pero ésta conserva el dominio de la plaza central, se ha calmado momentáneamente la situación, procedo a seguir mi camino y escucho en la radio que se está produciendo una masacre en la plaza central del Alto de la Alianza, lugar de tránsito obligatorio por donde deberé recorrer rumbo a mi casa.
Sigilosamente avanzo por una calle paralela a la plaza de Alto de la Alianza y contemplo un espectáculo impresionante, decenas de jóvenes menores de 18 años a la carrera hacen replegar a gran cantidad de policías quienes indiscriminadamente lanzan bombas lacrimógenas al cuerpo de los muchachos, empiezan a disparar perdigones directamente al cuerpo de niños, me alcanzan los manifestantes quienes ya se repliegan y me veo en medio de ellos confundido, formando parte ahora de una protesta por la restitución del Canon a Tacna, la misma que ahora ha degenerado en violencia total, un niño de 13 años tropieza y llorando corre clamando por su madre, veo a la señora desconcertada trato de auxiliarla pues entra en crisis de pánico, me pide que llame a la radio y que haga algo por hacer saber al mundo de la masacre a la cual están sometiendo a los tacneños, me pide que llame a la ambulancia, no la entiendo pero logro observar que el niño sangra por la boca, ha sido alcanzado con una bala de perdigón, la cobardía de los policías no tiene ya límites.
La Policía pierde fuerzas al seguirnos pues se han quedado divididos y desprotegen parte de la plaza, los manifestantes ahora los rodean por 2 calles y los obligamos a retroceder, el gas hace efecto y casi no puedo ver, me pongo a buen recaudo para recuperarme y la situación se convierte en una tensa calma.
Son ya las 8 de la noche, circulan los rumores que el Ejército saldrá pues se ha decretado Estado de Emergencia, me dispongo a continuar mi camino y encuentro casi en cada cuadra grupos de 50 a 80 personas quienes comentan entre sí la brutal represión del Gobierno y anuncian que la lucha no cesará, si quieren guerra, guerra tendrán es la frase común, no me imagino que sucederá mañana espero se calmen las cosas.
Estoy por la avenida dos de mayo y veo con asombro cómo se acercan y pasan junto a mi lado 10 tanques militares, por la radio anuncia que se dirigen a Alto de la Alanza y Ciudad Nueva, ¿acaso es necesario esto para reprimir a una población – en su mayoría niños y jóvenes - que ya ha sido masacrada con bombas lacrimógenas y balas de perdigones?, ¿hasta cuándo pretende el Gobierno apagar el fuego con gasolina?
Ya son casi las 10 de la noche y estoy en mi casa, algo atolondrado por lo que he visto hoy, escucho disparos y las sirenas de la ambulancia es ya algo común aquí, en la radio llaman a la cordura, pero es demasiado tarde, la población ya ha perdido el control, víctima de represión injustificada ha reaccionado violentamente y no pueden ya frenarse, reportan 2 muertes y más de 50 heridos, lo que sucedió hoy no ha sido una batalla, ha sido una masacre, por la ciudad cunde el pánico se producen saqueos a esta hora y destrozos en la propiedad pública.
Aun me pregunto que pudo empujar a la Policía a reprimir a pobladores que sólo buscaban autoconvocarse a un mitin en una plaza pública, ¿si no hubo agresión por parte de ellos porque la represión?. Que nubló a las Fuerzas del Orden a que dispararan indiscriminadamente contra los manifestantes no teniendo en cuenta que gran parte de las bombas lacrimógenas caían dentro de casas donde había gente inocente, mujeres y niños, el motivo quizá nunca lo sabremos, quizá alguna siniestra orden subrepticia de algun superior que sólo es valiente desde la comodidad de su oficina. Hoy las casas de los ciudadanos han sido bombardeados por decenas de bombas lacrimógenas invadiendo la tensa calma de hogares inocentes, ¿que buscaban los policías con tan irresponsable actitud? ¿Porqué no dejaron que transcurra pacíficamente el mitin popular?. Lamentablemente ya es tarde y ya hay una nueva víctima, un bebé, de sólo 5 meses aproximadamente, acaba de fallecer debido a los gases lacrimógenos, falleció sin entender que pasaba, víctima de una irracional actitud por parte de los policías en una represión contra una violencia provocada por ellos mismos.
No pretendo hablar del Canon y quien tiene la razón, si Moquegua o Tacna, al final ninguna de ellas ha utilizado más del 20% del dinero que han percibido por este concepto, pero si no puedo callar lo que sucede aquí, esto es un abuso desmedido del Gobierno, una masacre de la policía que ya cobra 3 víctimas mortales, el Estado de Derecho por los suelos, una lástima que todo haya degenerado en violencia, azuzada por la misma Policía, violencia que hoy ha incendiado municipalidades y sedes del Poder Judicial, violencia que ahora mismo está destrozando la casa de un alcalde.
Lo que sucederá mañana en Tacna es de imposible premonición, pero puedo percibir que soplan pequeñas brisas de aquellos vientos democráticos que una vez unieron a los peruanos en la Marcha de los 4 suyos, esperemos que los líderes de turno sepan manejar esta situación y canalicemos nuestras quejas en civilizados métodos, protestas pacíficas, ojalá el Gobierno no reprima nuevamente de forma indiscriminada y brutal provocando a los manifestantes y nuevamente así desencadenar la violencia, Tacna ya despertó y tiene una sensibilidad única, de provocarlos el resultado será peor al de hoy.